sábado, 15 de enero de 2011

Trabajo CAM: Larry Burrows

Larry Burrows, 7-2-71
Tal y como decía una persona en uno de esos mundos del internet, una guerra sin periodistas no existe. Es gracias a ellos como sabemos lo que ocurre en esos campos de batalla tan lejanos de nuestra cómoda realidad cotidiana, y su presencia es muchas veces un tanto incómoda para los gobiernos y grupos de poder.
Como esta semana hay que hablar de un fotógrafo famoso y, para colmo, hacía poco que había visto esa gran película de Coppola llamada "Apocalypse Now", no se me ocurrió mejor idea que retratar la vida y milagros de uno de los más famosos reporteros gráficos que extendieron la cruda verdad del Vietnam a lo largo y ancho del globo: Larry Burrows.
Larry Burrows nació en Londres en 1926. Dejó la escuela con sólo 16 años, y consiguió un puesto de trabajo en la revista Life, revelando fotografías. Como anécdota, se suele culpar a Burrows de ser quien (accidentalmente) arruinó las fotografías que otra gran fotógrafo, Robert Capa, había hecho del famoso desembarco de Normandía. Según parece, los respiraderos del laboratorio donde se secaban los negativos estaban cerrados, en un intento por acelerar el proceso de secado (se suponía que el revelado había de ser muy rápido) y eso produjo que tres de las tiras de película literalmente se derritieran. Se salvaron sólo 11 fotografías, todas borrosas y desenfocadas, pero, curiosamente, consideradas de las más dramáticas fotos bélicas que se pudiaran haber hecho.
Pero quien nos ocupa es Larry Burrows. Fue ascendiendo poco a poco hasta convertirse en fotógrafo profesional. Y en 1962 llega a Vietnam. 
Soldado del ARVN amenazando a un prisionero del Vietcong con una bayoneta, 1663
 Burrows fue enviado allí dada la dilatada experiencia del fotógrafo en cubrir acontecimientos violentos (como los conflictos tribales del Congo, entre otros). En un principio todo iba a ser una trabajo de rutina, pero sería más que eso. Sería su consagración como reportero gráfico.
Marine siendo atendido, 1966
 Publica su primer reportaje en 1963, tan solo un año después de haber llegado. Lo que más llama la atención de este primer ensayo es que, al contrario que los reporteros bélicos de la época, publica las fotografías en color. Esto convirtió a Burrows en un pionero, y gracias a sus fotografías supo plasmar toda la violencia y crudeza del conflicto. De hecho, fue gracias a estos reporteros, así como al interés de diversas televisiones de plasmar combates reales entre los marines y el Vietcong, como esta cruda realidad (la de la guerra en general y la del Vietnam en particular) llegó a los que eran los cómodos y felices hogares americanos, y fueron acciones como éstas las que empujaron a los jóvenes a salir a la calle, protestando por una guerra sin sentido.
Por suerte para Burrows, en Life le dieron la posibilidad de trabajar con tiempo. Normalmente los reporteros tenían que tomar fotos, revelarlas y eviarlas en tiempo récord, con frecuentes viajes entre bases y campos de batalla. Burrows no tuvo ese problema, y pudo tomárselo con calma (su primer reportaje le llevó nada menos que seis meses). Esto le dio la posibilidad de pasar más tiempo con los soldados, retratando no solo sus combates, sino también su día a día y vida cotidiana. Y lo que es más, también pudo retratar cada campaña en su totalidad, no sólo escenas esporádicas.
Burrows mostró siempre una especial predilección por los marines. Esto puede que se debiera a que los marines eran quizá el grupo que peor suerte tenía de todos. Eran las tropas que peor equipadas estaban, apenas les abastecían de munición (y la poca que les daban solía fallar) y, para más inri, siempre les tocaba hacer el trabajo duro (No en vano, al finalizar la guerra, 13.095 marines habían muerto en acción y 88.594 habían resultado heridos)
Portada de la revista Life, 16-5-65
En 1965 publica uno de sus más famosos reportajes, "One Ride with Yankee Papa 13", que constaba de 21 fotografías. y fueron realizadas desde un helicóptero de combate estaounidense. El grado de inmersión de Burrows en la batalla llegó a ser peligrosamente cercano, pero mostraba a la perfección la dureza de la guerra, y la experiencia estaonudidende en ésta. Incluso llegó a montar una cámara en una de las GE M134 montadas en los helicópteros, con el objetivo enfocando directamente al artillero, a fin de poder plasmar su concentración y tensión.
En 1966 cubrió la "Operación Prairie" que incluyó la batalla por la colina 484, en la cual murieron 240 marines y más de 1200 fueron heridos.
El interés de Burrows por captar la guerra "de cerca" preocupó a los jefes de la revista, que temían por la vida de Burrows. De esta manera, trataron de alejar al fotógrafo del conflicto, encargándole todo tipo de reportajes: las olimpiadas japonesas del 64, algunas especies raras de aves en el 65, el bicentenario de la Compañía de las Indias Orientales el el 68 o uno sobre la madre Teresa de Calcuta, en el 71. Pero daba igual lo que le encargaran, él volvía siempre a Vietnam. Estaba decidido a fotografíar el conflicto de principio a fin.

Soldados sudvietnamitas en el delta del Mekong , 1962
Por desgracia, no llegaría a ver el fin de la guerra. El 10 de febrero de 1971, mientras tomaba fotos para otro reportaje sobre la invasión de Laos por parte de las tropas sudvietnamitas, el helicóptero en el que viajaba es alcanzado por fuego del NVA. El aparato se estrella, y en el accidente muere Burrow, la tripulación del helicóptero y otros tres reporteros gráficos (Henri Huet, Kent Potter y Keisaburo Shimamoto) La zona de impacto del helicóptero resultó ser una zona donde el NVA estaba firmemente asentado, con lo que una eventual recuperación para recuperar los cuerpos suponía un riesgo tan grande que se optó por no hacer nada.
Última imagen de Burrows con vida, le acompañan los otros tre fotógrafos, preparándose para un viaje que les costaría la vida
No fue hasta marzo del 98 cuando se intentó dar con los restos del fotógrafo. Un equipo de recuperación del ejército inspeccionó la zona donde había impactado el helicóptero 27 años antes. De entre los oxidados restos del armazón del aparato, el equipo encontró una abollada Leica M3 y unas pocas lentes rotas. Era todo lo que quedaba de Burrows.
Foto de la Leica de Burrows, los únicos restos que quedan de él
Larry Burrows fue un fotógrafo apasionado por su trabajo y absolutamente profesional. Otros fotógrafos sólo buscaban la descarga de adrenalina de sacar fotos de una batalla, y luego volvían a sus cálidas y cómodas oficinas, sin preocuparse mucho de lo que habían visto. Para ellos, aquello no formaba más que parte del circo en el que estaban acostumbrados a moverse. Burrows, en cambio, se comprometió con lo que veía. Llegó a límites casi obsesivos en su afán de retratar la dureza del conflicto, de una guerra iniciada únicamente con el interés de demostrar a todo el mundo el poder de un país, pero que habría de dejar muchas víctimas por el camino. A partir del Vietnam, y gracias a la obra de fotógrafos como Burrows, la gente no volvió a mirar a la guerra con la misma cara. El concepto de "malos" y "buenos" que los estaounidenses habían sabido exprimir tan bien el la II Guerra Mundial  había quedado ya atrás, y la gente comenzó a ver lo que realmente era la guerra: Muerte, violencia, fanatismo, el ser humano en su peor forma. Comenzó a ver la verdadera cara de la guerra.

*Nota: agradecimiento a todas aquellas páginas web que me han servido de fuentes para la entrada, en especial a Utata

1 comentario:

  1. Larry Burrows cubrió lo más duro de la Campaña de Vietnam. Tengo la pega de no traducir el inglés. Castellano y Francés sí. Ruego conocer algún libro sobre la extraordinaria carrera de Burrows. Solo su muerte en 1971 nos privó de conocer las fotografías que hubiera logrado hasta final conflicto en 1975. Gracias

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